viernes, 10 de enero de 2014




OS PRESENTO A SARITA

Sarita despertó un sábado en el mundo soñado por  cualquier niño o niña de 6 años. Un mundo sin padres.
Era una niña pequeña pero sin duda sabía valerse por sí misma. Sus padres lo sabían. Y Sarita estaba feliz. Además el primer día sin padres no había escuela. Tenía todo el día libre. Y su mejor amigo Pablito la estaba esperando el parque junto a su casa. Juntos iban a cazar mariposas aquella soleada mañana de Mayo.
Con Pablito el tiempo pasaba rápido. No había lugar para el aburrimiento. Las horas pasaban sin que los niños felices se dieran cuenta. Y ocho mariposas muertas después, ya era hora de ir a comer. Sarita era capaz de prepararse la comida, pero la invitación de los padres de Pablito para comer juntos era imposible de rechazar para la niña.
Y por la tarde, después de ver los dibujos animados preferidos de los niños, era hora de salir a jugar otra vez. La caza y tortura de mariposas ya no les parecía tan interesante por la tarde. Preferían jugar con otros niños al escondite o a las adivinanzas. Y nuevamente el tiempo pasaba volando y los niños eran reclamados por sus padres para cenar y acostarse. A Sarita ningún padre la reclamaba ese día, pero Sarita al igual que el resto de niños, también se retiró pronto a su casa. Tenía mucho trabajo esa noche. Descuartizar y enterrar los cadáveres de sus padres a quienes ella misma había asfixiado con su almohada la noche anterior.



No hay comentarios:

Publicar un comentario