El primer día de Trabajo de la Srta. Coño.
La Srta. Amalia López acompañó a la Srta. Coño al despacho del Sr.
Roberto Guzmán. El director comercial de aquella compañía dónde la Srta. Coño
iba a prestar sus servicios por primera vez como la nueva secretaria de
dirección.
El proceso de selección había
sido largo y la Srta. Coño había superado varias pruebas y entrevistas. Tenía
muy claras sus funciones y conocía perfectamente la empresa. De hecho, en su
primera entrevista impresionó a Recursos Humanos con sus conocimientos. La Srta.
Coño sabía muy bien encontrar toda la información que necesitaba por internet.
El Sr Guzmán le daría la
bienvenida a la empresa y concretamente a ese departamento comercial. Y… a
trabajar.
Antes de que llegara su nuevo
jefe, la Srta. Coño ya había heredado la agenda de la anterior secretaria de
dirección y le habían explicado muy por encima cómo funcionaba el sistema informático
que utilizaría. Le habían presentado al resto de la plantilla y había dejado su
bolso sobre la mesa en el despacho que
ocuparía.
-Señorita Coño. Le doy la
bienvenida a esta empresa y especialmente a este departamento comercial –le dijo
el señor Guzmán.
-Gracias Sr Guzmán – respondió la
Srta. Coño estrechándole la mano.
-Es muy importante que recupere
la agenda de la anterior secretaria de dirección porque hay anotaciones y
contactos muy importantes.
-Tengo la agenda, Sr Guzmán.
-Perfecto, Srta. Coño. ¿Le han
presentado a sus compañeros?
-Sí, Sr Guzmán. A todos.
-Estupendo – dijo el Sr Guzmán
juntando sus manos. A continuación hizo una pausa para beber agua. Bebió directamente
la botella. La señorita Coño intentó no hacer ninguna mueca de desagrado. A continuación el Sr Guzmán tosió y alguna
gota de agua se deslizo por sus labios y cayó al suelo. La señorita Coño apartó la mirada disimuladamente.
-¿Ha desayunado, Srta. Coño?.
-Aún no. Normalmente desayuno a las diez. Si tengo tiempo, claro.
-Ah… Muy bien. Yo necesito una
taza de café. Mi mujer no se encontraba hoy muy bien y he venido en ayunas a la
oficina. Tráigame por favor una taza de café. Aquí tiene mi taza y la señorita López
le dirá dónde está la cafetera. Me gusta sólo y con dos cucharadas de azúcar.
Cuando vuelva seguiremos hablando. Gracias.
La señorita Coño permaneció en
silencio con la mirada fija en la ventana con vistas a otro edificio durante algunos segundos.
-¿Señorita Coño? – se extrañó el
Sr Guzmán. ¿Se encuentra bien?- le preguntó
acercándose a ella. Estiró su brazo derecho y su mano se acercó lentamente al
hombro de la Srta. Coño. A apenas unos
centímetros antes de que los dedos del director comercial tocasen la delicada
prenda que vestía su secretaria, la
señorita Coño retrocedió con la misma delicadeza que la ropa que vestía.
-Una taza de café- Repitió la señorita Coño.
-Sí. Con dos de azúcar. Esta es
mi taza. Gracias.
El Sr Guzmán se sentó en su mesa
y comenzó a ojear el diario. La señorita Coño cogió la taza vacía y salió en
silencio del despacho.
La señorita López se encontraba
en la sala dónde estaba la cafetera que iba a llenar la taza de café del Sr.
Guzmán. Pero la señorita Coño no fue a esa sala. Entró en su nuevo despacho y
posó la taza sobre su nueva mesa. Cogió su bolso y se lo colgó del hombro. En silencio y con paso decidido,
abandonó su nuevo despacho y su nuevo empleo. No miró en ningún momento atrás. La
expresión de su rostro era exactamente la misma que cuando recibió la
bienvenida a su nueva compañía y especialmente a su nuevo departamento
comercial.
-¿Quién es?- preguntó alguien que llegaba tarde a su puesto
de trabajo.
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